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Si hay que buscar historia y se está en el oriente medio hay que ir a Petra.

Ubicada en Jordania es uno de los lugares favoritos por la Unesco ya que en 1985 entró en su lista como Patrimonio de la Humanidad. El pueblo árabe de los nabateos la tenía como capital allá por el segundo siglo antes de Cristo y es básicamente una ciudad que se construyó mediante excavaciones en un acantilado.

Un dato curioso es que por más de mil años fue olvidada por la humanidad y recién en 1812 fue descubierta nuevamente. En el año que la Unesco la reconoció como Patrimonio de la Humanidad, la misma organización realojó a los pueblos beduinos que vivían allí. Diariamente Petra recibe alrededor de tres mil turistas que se acercan a conocer las ruinas, pero debido a que estas se encuentran muy espaciadas entre sí, ocupando mucho espacio, los turistas no se amontonan y pueden disfrutar tranquilos.

Si bien en un día, acumulando todas las excursiones posibles, se pueden ver los monumentos más importantes, siempre se recomienda que el visitante pase al menos unos días para alcanzar a disfrutarlos mejor. Entre las vistas más históricas se hallan las ruinas de Khazneh, o tesoro en castellano, es lo primero que se ve cuando se sale del Siq, una especie de cañón que protagoniza la entrada. El Monasterio con sus 900 escalinatas también es fuertemente recurrido así como el Templo de los Leones Alados o el Anfiteatro.

Imagen: Diario de un Turista

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