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Pensar en las vacaciones ciertamente lleva a palabras como desconexión, paz, tranquilidad. Muchas veces, ajetreados por la rutina del trabajo, la familia, la casa y demás, no tenemos en cuenta la importancia de un buen descanso para la mente, para luego, continuar con más energías y dispuestos a seguir creciendo.

Por ello, en esta oportunidad sugerimos el turismo espiritual, un recorrido por el desierto de Jordania, que ciertamente le dará la paz necesaria y además, disfrutará de paisajes inimaginables en donde la naturaleza nos acobija con su maravillosa inmensidad.

Uno de esos lugares que nos hacen tomar conciencia de lo insignificantes que somos, es el desierto de Wadi Rum en Jordania, considerado uno de los sitios más bellos de la Tierra y que fue escenario de la epopeya de Lawrence de Arabia.

Al sur de Petra y cerca del mar Rojo, se extiende este majestuoso emplazamiento, poblado por altas formaciones rocosas labradas por la erosión del agua y del viento, que tienen más de 4 mil años de antigüedad y se elevan hasta los mil 700 metros de altura.

Un lugar que transmite a la perfección la tranquilidad de los espacios inmensos y sin límites, donde el visitante puede explorar cañones, depósitos de agua y descubrir pinturas de la cultura talmúdica, anterior al islam, grabadas en las paredes de las cuevas.

De entre todas esas formaciones rocosas destacan el puente de piedra de Burdah, o Los siete pilares de la sabiduría, una montaña bautizada así en honor de Lawrence de Arabia y donde los más atrevidos pueden practicar la escalada.

Vía: El Universal
Imagen: Viajes

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