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Pocas mujeres en el mundo despiertan pasiones tan contradictorias como la reina Rania de Jordania. La esposa del rey Abdala II es una mujer que fuera de su país es admirada por diversos sectores pero que por el contrario en su propio país cuesta encontrar a alguien que pueda tener estos mismos sentimientos.

Para el pueblo jordano, Rania es la máxima representación de la corrupción, un mujer que vive una realidad muy diferente a la que vive la población del propio país en el que reina.

Los inicios de estas desavenencias del pueblo jordano con la reina jordana posiblemente se iniciaron en 2010, justo en el 40 aniversario de Rania, cuando en un derroche exagerado celebró su cumpleaños de una manera un tanto ostentosa, desplazando hasta el desierto de Wadi Rum a casi un millar de invitados e iluminando el escenario con un enorme pantallón que marcaba la cifra de los 40 años de edad de la reina.

A partir de ese momento la prensa del país criticó la actitud de la monarquía jordana considerando que el derroche realizado era exagerado e insinuando supuestas actividades de Rania que podrían inducir a una corrupción.

Dado que el rey Abdalá sigue siendo intocable en la monarquía jordana, ahora las miradas se centran en Rania, una mujer que vive su peor momento desde que se convirtiera en reina en 1999.

Imagen: Hola.com

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